viernes, 25 de julio de 2008

Urlicht (de la Segunda Sinfonía de Mahler)



Me ha costado llegar a Mahler, pero una vez en estas tierras, me confieso abrumado. Quizá porque es demasiado grandilocuente, para mi gusto. Pero la belleza de su música, con frecuencia, gana cualquier reserva… sí, es excesivo… ¿Qué le vamos a hacer?. Anne Sofie Von Otter me regaló el momento más mágico que he vivido en la Opera, y fue con Scherza, infida, del Ariodante de Haendel. Verla en directo cantando Urlicht debe ser una experiencia también. Si existe algo así como lo trascendente, yo me siento cerca con música como esta.

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